La inclusión no es una cuestión de corrección política. Es la clave para el crecimiento.
Jesse Jackson
La movilidad geográfica de la población se ha vuelto consustancial a la vida en el siglo XXI.
Millones de personas desplazan su residencia a otros países, sea por cuestiones económicas, políticas, laborales, familiares o de cualquier otra índole.
La vida les lleva de un lado a otro del mundo.
Pero, cuando esto ocurre, no siempre la persona desplazada dispone de todos los recursos para adaptarse fácilmente a la dinámica social y administrativa del nuevo país.
Vivir es relacionarse sistemática y constantemente con el resto de la sociedad en la que uno se encuentra inmerso. Para ello es imprescindible la comunicación.
Y la comunicación se complica si no se comparte un idioma, una cultura y un código social común.
Vivir es solucionar cada día necesidades ordinarias, que en su mayor parte dependen de la maquinaria del Estado, del poder público y de la administración que regula los servicios de que disfrutamos y nos exige comportamientos civiles necesarios. No es posible participar en la sociedad sin relacionarse con la administración pública de este país.
Todas las personas, que hoy por hoy, viven en un país distinto al de su nacimiento tienen como primer reto adaptarse a una nueva cultura, a un nuevo idioma y a un nuevo código social.
Pero el segundo y gran reto de estas personas es aprender a relacionarse con su “nueva administración”.
Y el gran reto de esta administración es encontrar la manera de ayudarles en este objetivo.
¿Y cuando nos relacionamos con la administración pública?
Cuando vamos al médico porque nos encontramos mal, cuando queremos ejercer nuestros derechos civiles, para solicitar un certificado digital, cuando necesitamos ayudas públicas, cuando tenemos que tramitar documentos, si necesitamos empadronarnos en un domicilio o al comprarnos un coche para circular por la carretera.
En todos estos casos mencionados, asusta no saberte explicar o no poder entender lo que te explican.
Llegados a ese punto, dominar el idioma es la clave. Dominarlo.
Tener esa precisión que te hace sentir seguro de lo que explicas, lo que pides, lo que se te concede, y lo que se espera de ti.
El derecho a la igualdad exige dar solución a la ciudadanía con dificultades para poder comunicarse adecuadamente.
Adquirir una nueva cultura precisa tiempo y ayuda. Requiere tener la posibilidad de entender. Y para entender nos basamos en el dominio del lenguaje y la comunicación.
Pero todavía hay más derechos a proteger.
Entre los derechos que, especialmente en el escenario electrónico actual, la administración debe garantizar a todos los ciudadanos, y ello incluye como mínimo a los extranjeros residentes, se cuentan el poder utilizar las lenguas oficiales del territorio en el que se reside, y que las autoridades y empleados públicos, faciliten a la ciudadanía el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
En definitiva, la administración debe garantizar el derecho a una comunicación clara, comprensible, precisa y segura.
Como decía Montesquieu (1689 – 1755), ilustre escritor, sociólogo, historiador, y juez francés, durante la era de la Ilustración:
“La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha”.
Aunque la globalización ha dado por supuesto que hay un idioma internacional, el inglés, que supera todos los obstáculos, no todo el mundo tiene acceso a aprenderlo, entenderlo y hablarlo.
Y en eso la realidad se impone.
Además, es difícil generalizar que los trabajadores públicos dominen inglés para estos casos.
Llegado el momento, y en más de una ocasión, lo que es seguro es que, al menos, uno de los dos interlocutores va a fallar.
Con la amplia experiencia en atención a la ciudadanía que tenemos en ADTENDE SL, hemos podido comprobar que hay que ir un poco más allá, y hemos decidido innovar y ofrecer al sector público la solución a este problema.
Un producto tecnológico que el sector público puede adquirir con o sin servicio adicional de agentes especializados en tramitación electrónica, para convertir su atención telefónica al ciudadano en multilingüe.
Por fin, un ciudadano que no hable español o catalàn puede, a través de la App PLATOON, conversar telefónicamente con su administración en su idioma de origen, sin que los trabajadores públicos tengan que hacer ningún esfuerzo, más allá de atenderle.
Además, si la Administración quiere ampliar el músculo de asistencia al ciudadano, puede disponer del servicio externalizado de asistencia internacional al ciudadano en tramitación electrónica que prestamos con OAC 360º.
“Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar”
Nelson Mandela
Premio Nobel de la Paz 1993
La App PLATOON no es sólo un nuevo hito en nuestro camino hacia el crecimiento, que nos permite ahora facilitar la inclusión entre las administraciones y sus e-ciudadanos procedentes de cualquier parte del planeta.
Es más. Es una tecnología que aporta el valor de acercar culturas a través de un trámite administrativo y de ayudar a los entes públicos a ofrecer un servicio excelente de atención multilingüe a la ciudadanía.
Ahora, si como Administración Pública te interesa garantizar un servicio telefónico impecable de atención o asistencia a la ciudadanía, solo tienes que hacer clic en el botón que encontrarás a continuación.
